El desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial(IA) ha permitido avanzar considerablemente en diferentes aspectos de la ciencia en un tiempo relativamente corto. Este uso constante genera tanto entusiasmo por los logros obtenidos como preocupación por los posibles usos malintencionados o productos mal diseñados que afecten la vida de las personas.
El uso de la identidad digital le permite a los individuos acceder a diferentes servicios sin necesidad de presentarse físicamente, por lo cual facilita la adopción de nuevos servicios, y mejora la cobertura de servicios existentes.
La necesidad de ofrecer servicios digitales ha obligado a las empresas a diseñar cuidadosamente la experiencia de sus usuarios, considerando aspectos como la facilidad de uso, la personalización, la privacidad y también la seguridad. Desde el punto de vista de seguridad, uno de los retos mas importantes está asociado a la capacidad de gestionar la identidad de los usuarios.
La necesidad de involucrar la privacidad desde las fases mas tempranas del desarrollo de proyectos o negocios digitales se ha hecho evidente desde la década pasada. Sin embargo, conceptos como el de privacidad por diseño a veces son malinterpretados y asociados erróneamente a tecnologías o soluciones específicas.