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Los intentos de fraude en el sector financiero cayeron 32% en el segundo trimestre

El robo de identidad es el delito que más se repite en esta industria, mientras que el hurto de tarjetas de crédito llegó a 21% en el país.

Iván Cajamarca

Pese a que las diferentes industrias venían surtiendo un proceso de digitalización de procesos y herramientas, la llegada de las cuarentenas y la necesidad de evitar a toda costa el contacto humano, incrementaron el uso de canales virtuales para todo tipo de actividades, incluyendo las relacionadas con el sector financiero.

La inversión en ciberseguridad y lucha contra delitos de este tipo en Colombia creció 20% a US$180 millones durante 2020, según un estudio de la compañía global de datos y análisis LexisNexis Risk Solutions.

Los resultados del desarrollo de métodos virtuales contra los fraudes digitales de todo tipo se vieron evidenciados durante el segundo trimestre de este año, lapso en el que las tasas generales de ciber fraudes cayeron 58%. Los desfalcos en el sector financiero cayeron 32% en ese periodo de tiempo, siendo el robo de identidad la modalidad que más prevalece en los intentos de hurto.

Según el más reciente estudio de TransUnion, a este sector le anteceden las ventas minoritarias por internet, pues los robos virtuales en este segmento cayeron 40%; y el negocio de las telecomunicaciones, que lideró el descenso de fraudes, con una baja de 92%. A pesar de eso, se siguen destacando prácticas como el abuso de promociones o el robo de tarjetas de crédito para cometer delitos.

Sectores como el de videojuegos o viajes y ocio evidenciaron un fuerte aumento en los intentos de robo digital de 329% y 221%, respectivamente.

Manuel Piñeros, gerente senior de Soluciones de Fraude para América Latina de TransUnion, dijo que “es bastante común que, en poco tiempo, los defraudadores digitales cambien su enfoque de una industria a otra, pues tienden a buscar sectores que pueden estar experimentando grandes crecimientos en transacciones. En este segundo trimestre del año, a medida que los países comenzaron a abrir restricciones por el covid-19, se evidenció la falta de ciberseguridad en otros sectores que no se habían contemplado”.

En cuanto al porcentaje de afectados, el estudio ‘Pulso del Consumidor’, de la misma entidad, encontró que aproximadamente 36% de los encuestados a nivel mundial afirmó haber sido blanco de defraudadores en esquemas digitales relacionados con covid-19.

Para el caso de Colombia, uno de cada cuatro consultados aseguró ser víctima de intento de fraude virtual.

A nivel mundial, el phishing es el tipo de engaño, relacionado con la pandemia, que más afecta a los consumidores, con 33% de participación, seguido por el robo de tarjetas de crédito o cargos fraudulentos, con 24% del total. Localmente el robo de tarjetas encabeza la lista, con 21%, seguido del phishing, con 15%.

“A medida que los defraudadores continúan apuntando a los consumidores, corresponde a las empresas hacer todo lo posible para garantizar que sus clientes tengan un nivel adecuado de seguridad para confiar en que su transacción es segura y a su vez ofrecer una buena experiencia digital”, agregó Piñeros.

Juan Carlos Puentes, gerente para Colombia de Fortinet, destacó que “los cibercriminales generan cada vez más rentabilidad y si no hay herramientas para estar protegido, esto va a continuar así (…) En Colombia ocurren muchas situaciones de este tipo. Hay casos en los que, por cuidar su reputación, las empresas no hablan de estos ataques, pero suelen ocurrir en medianas y pequeñas empresas”.

Se prevé que las pérdidas por fraude con tarjeta superarán US$32.000 millones en 2021 en el mundo. El mercado global de pagos alcanzará US$2 billones para 2025, de los cuales US$200.000 millones se perderían como consecuencia del este tipo de prácticas delictivas.

En 2020 se invirtieron US$213.900 millonesen la prevención de ciberfraudes

Según un estudio de la compañía global de datos y análisis LexisNexis Risk Solutions, el año paso mundialmente se destinaron US$213.900 millones a la prevención de ciberfraudes, superando la cifra de US$180.900 millones registrados en 2019. En América Latina se invirtieron US$5.900 millones, 31,1% más que en 2019. Los resultados se basaron en una encuesta a responsables de la toma de decisiones sobre el cumplimiento contra los delitos financieros de la banca.

Ver información original en La República