Los procesos KYC (-Know your Costumer-) permiten a las empresas conocer a sus clientes, establecer los niveles de riesgo que estos representan, y generar la confianza requerida para brindarle acceso a diversos productos y servicios. Una enorme falencia de instituciones que realizan procesos de KYC es basarse únicamente en información proporcionada por el cliente para crear sus registros y estimar el perfil de riesgo.
Los procesos KYC deben ser comprehensivos, deben adaptarse a la legislación internacional, y además desarrollarse dentro del sistema financiero de cada país. No obstante, la nueva adopción de servicios financieros tecnológicos ha abierto la puerta a que el conocimiento del cliente se pueda realizar por medios no presenciales, lo cual plantea inquietudes respecto a la legislación vigente.