El metaverso es el concepto que en este 2022 tomó protagonismo en el mundo de la industria tecnológica. La última edición de Campus Party tuvo lugar el 31 de marzo pasado, en Punta del Este, Uruguay. Se trata de una de las exposiciones de tecnología más grande del mundo, y este año, por primera vez, el tema principal que se abordó estuvo relacionado con el ecosistema cripto.
Con el advenimiento de la blockchain, llegó la creación de avatares con certificados digitales de propiedad, denominados “NFT” o “Token No Fungible”, que pueden comerciar, vender, alquilar, fabricar activos digitales desde mundos virtuales, para exteriorizarlos y monetizarlos en el mundo real. Esto se está convirtiendo en un punto de inflexión, ya que el trabajo digital está siendo recompensado mediante criptomonedas, creando una economía digital que invita a diferentes profesionales a brindar servicios que pueden resultar altamente lucrativos.
El tema inmobiliario también ha sido el boom en los metaversos relacionados con la comercialización de terrenos digitales. En este sentido, son destacados los casos de Decentraland y The SandBox, sitios donde ya interactúan miles de usuarios para ofrecer o adquirir diferentes bienes y servicios. Debido a esto, en la propiedad de las tierras más céntricas o concurridas se han disparado los precios, alcanzando cifras millonarias.
“En la mayoría de los nuevos metaversos, la gestión económica se produce utilizando tokens nativos pero con posibilidades de uso real, al ser convertibles por otras criptomonedas o dinero fiat. Esto es uno de los grandes avances en materia tecnológica”, explicó Sergio Morales. Sin embargo, adviertió que “el ingreso masivo de usuarios está generando inflación en el precio de algunos terrenos digitales, por lo que se debe tener mucho cuidado de no caer en precios elevados artificialmente”.
El principal problema de la compra de terrenos en los metaversos es que no todas estas plataformas virtuales tendrán éxito e incluso algunas podrían no existir en el largo plazo, por lo que la inversión considerable por un terreno digital termina siendo de alto riesgo a diferencia de los terrenos reales.
NFT Gaming
Los jugadores pueden monetizar su tiempo a través de ganancias obtenidas en criptomonedas. Algunos proyectos presentes en Campus Party fueron:
- Dchess: el primer juego de ajedrez tokenizado del mundo, donde cada jugador profesional o aficionado puede invertir en un tablero NFT que le permita jugar partidas y torneos, obteniendo una recompensa en criptomonedas.
- CryptoMines: el relanzamiento de un juego NFT de viajes espaciales por el metaverso, que en el pasado ha sido el proyecto “Play to Earn” más grande de la red de Binance (BNB Chain).
- Vulcano: el primer proyecto de juego en blockchain del género auto battler con estética Sci-Fi. Los personajes NFTs lucharán 3 vs 3 automáticamente. El jugador se deberá encargar de la planificación de la estrategia, el posicionamiento y el equipamiento de armas.
- Axie Infinity: actualmente, el juego NFT más grande del ecosistema cripto, donde se coleccionan cartas de criaturas mágicas y se compite con ellas contra otros jugadores (PVP).
“Antes, los personajes y armas se vendían por fuera de un juego, creando una economía gigantesca, pero primitiva. Ahora la tecnología NFT revolucionó la forma de comerciar entre jugadores”, detalló César Vidal Scasso, Presidente de la Asociación de Deportes Electrónicos y Electromecánicos de Argentina (ADEEMA). “Es una evolución de nuestra forma de jugar, de relacionarnos e incluso de trabajar dentro del sector gaming, algo que parecía muy lejano y que, sin embargo, está creciendo a pasos agigantados”, concluyó.
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