Volver

La identidad digital

La identidad digital de los ciudadanos se ha venido robusteciendo a medida que crece la interacción con herramientas digitales, lo cual ha hecho que cada vez las personas estén más conscientes de su importancia e implicaciones. Una adecuada gestión de la identidad digital es fundamental para el éxito de la transformación digital, y su aprovechamiento por medio de la validación de identidad ayuda al robustecimiento de un ecosistema seguro donde instituciones públicas, privadas y sobre todo el individuo puedan interactuar y aprovechar las ventajas de la digitalización.

¿Qué es la identidad digital?

La identidad digital hace referencia a todos aquellos aspectos que permiten a una persona definirse y diferenciarse del resto en el ambiente digital, es decir en aquel potenciado por el internet. Por lo tanto, las capacidades de esta identidad digital están fuertemente moldeadas por las características de esa tecnología, tanto en sus posibilidades como en sus limitaciones. Por ejemplo, la construcción de la identidad digital no se limita al alcance físico del individuo, permitiéndole interactuar con entidades de diferentes partes del mundo. Por otro lado, la interacción con diferentes sistemas por medio de una tecnología descentralizada hace que sea más difícil para el individuo controlar la información asociada a su identidad.

Al hacer uso de internet, las personas generan datos que pueden llegar a ser parte de su identidad digital. Por ejemplo, muchas páginas de internet solicitan datos que lo identifican como nombre, fecha de nacimiento, lugar de nacimiento, etc. Pero adicionalmente, debido a la participación en redes sociales, las personas también comparten información relacionada a su profesión, lugar de trabajo o lugar de residencia. Por otro lado, existe información que va más allá de los datos de la persona, y que hace referencia a su comportamiento. Por ejemplo, la hora del día en la que accede a un servicio, el tipo de transacciones que hace, los lugares desde los que se conecta a un determinado servicio, etc. Finalmente, hay otra serie de datos que se obtienen por medio de un análisis de los dos anteriores, y que sirven para predecir sus acciones futuras, o clasificar a la persona dentro de determinado grupo. Estos 3 tipos de datos hacen referencia a lo que en [FG2009] se refieren como identidad declarada, actuante e inferida.

Ventajas de la apropiación y uso de la identidad digital

A medida que la interacción por medios digitales aumenta, así lo hace el rastro digital que la persona deja, robusteciendo la identidad digital. Como se mencionó antes, algunos aspectos de esta identidad digital están bajo completo control de la persona, y son utilizados principalmente en redes sociales. Esta adopción clara de la identidad digital se da primordialmente en las personas más jóvenes, y también varía a medida que se tiene mayor contacto con herramientas digitales. Por ejemplo, en [EUR2011] se muestra que el 43% de los “jóvenes digitales” estaban dispuestos a compartir información personal en internet, mientras que este valor disminuía al 33% en el resto de la población. Esta apropiación de la identidad digital les permite a estas personas establecer vínculos sociales y acceder a información personalizada, y es la base de redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter.

Sin embargo, no todas las actividades digitales que representan alguna utilidad para las personas tienen un objetivo social, sino que muchas veces facilitan procesos que se hacían en el mundo físico, como por ejemplo pagar cuentas de un banco, hacer alguna compra por algún comercio electrónico, o acceder a algún servicio público. Este tipo de actividades no presenciales requieren que la persona se identifique, y para esto debe hacer uso de algún componente de su identidad digital. No obstante, al no tratarse de actividades sociales, el esfuerzo por utilizar los perfiles de algunas de las redes sociales mencionadas anteriormente como identificadores no ha tenido el éxito esperado. En todo caso, el acceso seguro y no presencial a servicios de manera digital es una de las ventajas evidentes de una gestión adecuada de la identidad digital.

Un ejemplo claro de cómo la apropiación de la identidad digital mejora la eficiencia de algunos procesos y así mismo trae ventajas para los usuarios se da en el sector financiero. A día de hoy la mayoría de bancos cuentan con aplicaciones para teléfonos móviles que les permiten a sus clientes realizar transacciones como pagos de servicios públicos, transferencias bancarias o compras. Como es de esperarse, este tipo de transacciones requieren que se valide la identidad de la persona, lo cual se puede realizar de diferentes maneras. Servicios digitales como los mencionados generan valor para los clientes al reducir el costo en tiempo y dinero, y así mismo reducen la carga operacional de las entidades.

Pero las ventajas del uso de servicios digitales no se limitan al sector financiero. El caso del gobierno es especialmente relevante si consideramos que una de sus funciones es proveer diferentes servicios a los ciudadanos, independientemente de sus condiciones socio-económicas, geográficas, etc. La capacidad de proveer un servicio seguro y masivo en cualquier lugar del país abre posibilidades como el ejercicio del voto electrónico, el registro automático de personas, el acceso a beneficios como subsidios, o a servicios como salud o seguridad social. En todo caso, el impacto de la digitalización también se evidencia en otros sectores que buscan tener una adopción masiva, como en la industria de las telecomunicaciones, en salud o en el sector Fintech.

Riesgos asociados a la identidad digital

Uno de los retos más importantes que han surgido asociados a la identidad digital es su gestión, es decir la manera en que es posible generar, mantener, modificar y dado el caso eliminar los datos asociados a la identidad de una persona. Algunos de estos retos están directamente relacionados con la protección de datos personales, que es un tema que se ha tratado desde hace décadas. De hecho, ya en la década de 1980 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estableció una serie de principios para la protección y flujo transfronterizo de datos. Estos principios son los de limitación en la recopilación, calidad de los datos, especificación del propósito, limitación de uso, medidas de seguridad y apertura.

Sin embargo, debido a la rápida transformación de la tecnología digital, los principios de protección de datos están en discusión, pues las posibilidades de vulneración crecen debido a la multiplicación de canales, es decir todos los entes con los que el individuo interactúa de manera digital. Uno de estas formas de delincuencia es la suplantación de identidad, definida en [MGM2018] como cuando “una persona se hace pasar por otra ante terceros, sea de manera privada o pública. Generalmente, la finalidad por la que este hecho se produce es con un carácter ilegal o con el propósito de cometer algún perjurio”. Según el código penal colombiano, en el artículo 296, la suplantación de identidad ocurre cuando se sustituye el nombre, edad, estado civil, y para efectos de la identidad digital, “calidad que pueda tener efectos jurídicos” [LEY2020]. La suplantación de identidad existe cuando se busca cometer otro delito, es decir, cuando el suplantador busca una identidad diferente a la suya para poder obtener beneficios por medios ilícitos. El suplantador puede robar la información de la víctima para poder obtener acceso a su cuenta bancaria, delito considerado como fraude o estafa, o por otro lado puede acceder a un perfil digital robando una contraseña, caso en el cual estaría infringiendo en un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Factores clave para el aprovechamiento de la identidad digital

La capacidad de acceder a servicios tradicionales de manera no presencial, o incluso de transformar una industria por medio de capacidades digitales depende por un lado de la madurez de los procesos de adopción tecnológica de cada industria, y por otro lado de factores estructurales. 

La validación de identidad haciendo uso de la identidad digital se ha fortalecido con el desarrollo de tecnologías de biometría, que tienen como principal ventaja que no requieren que el usuario agregue algún elemento a su identidad, o que memorice claves de acceso. La biometría se basa en la validación de características físicas de la persona, por ejemplo la huella digital, la voz, el rostro, el iris o la forma de caminar. Cada uno de estos métodos cuenta con características diferentes en términos de precisión, costo, confiabilidad, escalabilidad y facilidad de uso. Por ejemplo, la huella digital es una característica biométrica que tradicionalmente se ha utilizado en muchos países, y que viene incluido en muchos documentos de identidad. Sin embargo, a día de hoy no existe un método fiable que permita capturar de manera masiva y segura la huella digital, ya que esta captura requiere de un hardware específico que no es posible entregar a cada persona. Por otro lado, la validación del iris es un elemento que cuenta con una gran confiabilidad, pero requiere unas condiciones específicas para la toma de muestras, y además requiere equipos específicos, lo que lo hace ideal para lugares con altos requerimientos de seguridad como aeropuertos. Por otro lado, el reconocimiento facial es un mecanismo que ha ganado interés en los últimos años debido al desarrollo de técnicas que han aumentado su precisión considerablemente, y a la capacidad de hacer uso de imágenes obtenidas por medio de un teléfono móvil.

La penetración de la telefonía móvil es un elemento fundamental para medir el posible éxito de cualquier iniciativa de transformación digital, y esto es especialmente relevante en América Latina, donde los niveles de penetración de banda ancha varían de país a país. De acuerdo a [GSM2018], el número de conexiones de banda ancha en la región en 2017 era de 477 millones, y se espera que para 2025 este número suba a 733 millones, es decir un incremento del 71%. Esta es una perspectiva positiva para la transformación digital si consideramos que las proyecciones indican que en 2025 la penetración de la telefonía celular va a ser del 65%. Además, actualmente más de la mitad de las conexiones móviles usan 4G, que provee tasas de transmisión suficientes para la adopción de diferentes servicios digitales. Así mismo, se evidencia una aceleración en la adopción de teléfonos inteligentes, un elemento fundamental para poder acceder a la mayoría de servicios digitales. De hecho, se espera que para 2025, el porcentaje de conexiones con teléfonos inteligentes supere el 78%. En el caso de Colombia, más de la mitad de la población con líneas móviles cuenta con un teléfono inteligente, y hay una penetración de suscriptores del 69%. El gobierno nacional, por medio del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), promueve iniciativas que buscan aumentar la cobertura de internet de banda ancha en 10 mil zonas rurales[MIN2020]. Esta diferencia de cobertura entre zonas urbanas y rurales es un problema mundial, y en América Latina se agudiza por las dimensiones del territorio y las condiciones de difícil acceso.

Conclusiones

La conformación de la identidad digital permite que las personas puedan interactuar de manera segura en medios digitales siempre y cuando se tomen las medidas pertinentes. Esto quiere decir que es necesario que existan herramientas que les permitan a las personas (dueñas de los datos personales) y a las instituciones con quienes interactúan, validar la identidad de las personas para evitar abusos y actividades fraudulentas. Los desarrollos actuales en biometría, y las condiciones de desarrollo de infraestructura en la región permiten que la mayoría de la población esté en capacidad de hacer uso de servicios digitales, lo cual incide en una mejora de la calidad de vida de las personas. Sin embargo, aún se requieren esfuerzos para permitir que este tipo de beneficios le lleguen a toda la población. 

Escrito por: Diego Pacheco-Páramo y Nicolás Spijkers

Bibliografía

[FG2009] Fanny Georges, « Identité numérique et Représentation de soi : analyse sémiotique et quantitative de l’emprise culturelle du web 2.0. », Réseaux, 154., 2009, 165-193 p [EUR2011] SPECIAL EUROBAROMETER 359 Attitudes on Data Protection and Electronic Identity in the European Union [GSM2018] La Economía Móvil en América Latina y el Caribe 2018. GSM Association. [MIN2020] MinTIC publica borrador del proyecto que llevará Internet a 10.000 zonas rurales del país. Enero 11 de 2020. https://www.mintic.gov.co/portal/inicio/Sala-de-Prensa/MinTIC-en-los-Medios/125620:MinTIC-publica-borrador-del-proyecto-que-llevara-Internet-a-10-000-zonas-rurales-del-pais [MGM2018] Universitat Politecnica de Valencia. Suplantación de personalidad en Internet. Trabajo Fin de Máster. Minerva Gámiz Mejias. [LEY2020] Leyes.co Código Penal Artículo 296 Colombia